miércoles, 22 de septiembre de 2010

lunes, 6 de septiembre de 2010

A él

Entrarías por mi puerta diciendo mi nombre. Me visitarías todo sábado a la tarde y comerías con placer lo que fuera que hubiera traído de la escuela de pastelería. Me dirías campeona, me felicitarías. Pensarías que lo de los tatuajes es una locura y me lo dirías con frecuencia. Tus ojos se llenarían de lágrimas cuando te regalara algo hecho por mí. Sé que no entenderías por qué dejé la escuela de bellas artes. Me preguntarías cómo andan "mis novios". Me dirías que me querés. Me mandarías a comprarte caramelos. Dejarías que escuche tus quejas hacia la abuela. Escucharía tus pies arrastrándose a lo largo del pasillo. Me dirías que nunca te voy a saludar. Estornudarías en tu casa para despertarme en mi cama. Estarías orgulloso de mí aunque no me esforzara. Me dirías que fuera libre. Me dejarías verte escuchando música, silbando y llorando. Me darías un beso en la mejilla derecha y me pincharías con tu barba. Jugaríamos al burako y me ganarías. Me contarías de tus días de joven, y así nunca me olvidaría de tu voz.

Hace un año te despedía con lágrimas que mojaron hombros ajenos, colchones y manos. Te despedía sin saber que no tendría que haberlo hecho, porque nunca te fuiste en realidad.